
Nada parece amedrentar al monarca de América, ni hacerlo tambalear cuando el rival intenta superarlo. Estudiantes de La Plata expuso en el gramado del Estadio Centenario de Quilmes toda la categoría de sus jugadores, quienes sacaron adelante un partido que por unos minutos (hasta el empate de los peruanos) se les había escapado de su control.
La misma enjundia de baluartes como Juan Sebastián Verón, José Sosa y el corajudo Rodrigo Braña sirvieron para golpear en los momentos más emotivos del partido, y más aún con la tranquilidad de contar con un letal goleador como Mauro Boselli, autor de tres goles a puro instinto de área.
Aunque eso sí, no se puede perder de vista las decisiones erróneas del nefasto árbitro brasileño Salvio Spínola Fagundes que sumaron para la holgura del marcador del equipo “pincharrata”. Ya desde un inicio, a los seis minutos del partido, cobró un penal que pocos referis en Sudamérica pitarían. Una jugada forzada de “Calín” La Rosa que Fagundes interpretó como empujón y que Boselli cambió por gol.

Pero como nada para los equipos peruanos parece tener un final feliz, antes de cumplirse los primeros 45 minutos, un peloteo en área peruana le permitió a Germán Re anotar la disparidad en el marcador, justo antes de irse a los vestuarios. ¡Golpe anímico si los hay!
Y como si eso no hubiera bastado, dos minutos después del gol argentino, una jugada donde Roberto Guizasola sale a cortar la subida de Re, es considera por Fagundes como agresión para tarjeta roja. Ya a esa altura del encuentro, los peruanos no podían discernir si era una decisión correcta o no.
La reflexión de Alejandro Sabella, técnico de Estudiantes, grafica claramente lo que fue el encuentro mirado desde el otro camerino: “Juan Aurich es un buen equipo de fútbol y tiene jugadores muy desequilibrantes. Si bien Estudiantes en el primer tiempo siempre fue un poco mejor, pero el partido estaba abierto. Siempre hubo riesgo de que nos vuelvan a convertir. Después con la expulsión de Guizasola se nos hizo más fácil dominar el juego y por ende desgastar al rival. Pero en conclusión creo que le ganamos a un equipo interesante que por ahí con 11 hombres tal vez no le hubiéramos hecho tantos goles”, sentenció el estratega argentino.

Entonces quedó esa sensación, después del pitazo en la conclusión de la primera fracción, que de poco le sirvió al Juan Aurich su demostración de buen fútbol por ráfagas en el match. Después el segundo tiempo fue un cúmulo de errores desde la decisión del técnico Luis Fernando Suárez, que tras sacar a Ascoy y Manco, perdió profundidad en ataque y dejó solos a Ciciliano y Tejada. Aunque quedó claro también que el “Ciclón” no estaba preparado para afrontar un encuentro en inferioridad numérica, si es que tratamos de interpretar lo que el colombiano Suárez manifestó en los vestuarios: “La expulsión nos desacomodó”
Y quedó demostrado porque los “norteños” nunca se pudieron reacomodar en el campo y las líneas empezaron a trabajar separadas. Y eso ante un rival como Estudiantes es como entregar el partido “a piacere” de su juego aceitado y clínicamente cohesionado. Los goles fueron cayendo de a poco a base de toques que tuvo como eje a la “Brujita” Verón y encima sumaba la proyección por la derecha de Clemente Rodríguez, un auténtico expreso de medianoche.
La decepción del final para los peruanos era inevitable, aunque había que tomar conciencia que se enfrentaba a uno de los mejores equipos de esta región. Por cierto, en este grupo se encuadra Alianza Lima, que derrotó a Bolívar en La Paz, y será justo quien recibirá en “Matute” al “Pincha”, equipazo argentino que a esta altura del año parece invencible cuando se lo propone.
Y quedó demostrado porque los “norteños” nunca se pudieron reacomodar en el campo y las líneas empezaron a trabajar separadas. Y eso ante un rival como Estudiantes es como entregar el partido “a piacere” de su juego aceitado y clínicamente cohesionado. Los goles fueron cayendo de a poco a base de toques que tuvo como eje a la “Brujita” Verón y encima sumaba la proyección por la derecha de Clemente Rodríguez, un auténtico expreso de medianoche.
La decepción del final para los peruanos era inevitable, aunque había que tomar conciencia que se enfrentaba a uno de los mejores equipos de esta región. Por cierto, en este grupo se encuadra Alianza Lima, que derrotó a Bolívar en La Paz, y será justo quien recibirá en “Matute” al “Pincha”, equipazo argentino que a esta altura del año parece invencible cuando se lo propone.