martes, 15 de junio de 2010

¿El Mundial de las sorpresas o de las decepciones? A Brasil no le bastará con esto

Sorprende ver como naciones poco habituadas a celebraciones mundialistas hayan podido, después de haberse cumplido gran parte de la primera jornada de grupos, celebrar triunfos históricos, aunque solo se traten de empates agónicos. El caso es de Nueva Zelanda, selección relegada durante muchos procesos clasificatorios a quedar siempre detrás de Australia en la lucha por los cupos para el repechaje inter-oceánico. Entonces un alivio habrá significado para los “All Whites” que los australianos hayan decido optar por competir en la Confederación Asiática para así pugnar por cupos directos para la Copa del Mundo. Solo así se explica esta nueva oportunidad para los neozelandeses de competir en esta cita ecuménica a la que no habían asistido desde España 82. Y sin duda estaba más que justificada la celebración después del empate a un tanto celebrado en los instantes finales del partido contra Eslovaquia. Los europeos, con jugadores habituados a contender en ligas importantes como la italiana y la inglesa, se quedaron sorprendidos por la elástica estirada de Winston Reid, que le han restado dos puntos en la contienda de grupo contra Italia y Paraguay.

El fútbol aún está de vacaciones
Muchas de las grandes figuras que integran a tres de los equipos del Grupo G, a esta altura del año estarían de vacaciones en las playas más exóticas a las cuales su altísimo poder adquisitivo les permitiría acceder. Y siendo sincero la afirmación no difiere con la realidad, porque al parecer aún hay que esperar que los “cracks” se desopilen un poco para ver lo mejor de su juego. No es mucho exigirle eso a Kaká de Brasil, Cristiano Ronaldo de Portugal o Didier Drogba de Costa de Marfil. Ahora bien, en el fútbol actual, es una verdad incontestable que los técnicos priorizan el resultado sobre el buen juego, muchas veces por que no cuentan con el plantel adecuado para rodear a sus figuras y así exponer un juego ofensivo al menos que encandile a quienes ven con expectativa los partidos. Se sabía de antemano que partidos decepcionantes habrían de ver en el Mundial, pero que un Portugal-Costa de Marfil, con todos los jugadores de potencial ofensivo que hay, se muestre cómplice no era de esperarlo. Fue un insípido empate a cero que solo tuvo algún destello individual (nunca mejor dicho) del “astro” Cristiano Ronaldo.

El habitual debut deslucido de Brasil Lo de Brasil es más de lo mismo, debut sin brillo, calculando los tiempos del partido, haciendo correr el balón, sin apurar el trámite, marcando los goles en los momentos claves y no desgastando a sus figuras, porque para ellos el Mundial comienza a partir de la jornada previa a los octavos de final. Antes no se apure, porque hay que conformarse con partidos calculadores como ante los entusiastas norcoreanos, que intentaron cerrar sus líneas, pero algún cabo siempre queda suelto que aprovecharon Maicon (¡Vaya remate furibundo casi sobre la última línea!) y Elano con un toque sutil a la rebelde jabulani, marca registrada brasileira. Aunque eso sí, en ningún cálculo estaba el descuento que evidenció una desincronización entre los defensas del Inter de Milán (Lúcio – Maicon y el arquero Julio César). Próxima parada: Costa de Marfil y ojalá pronto haya ese buen fútbol que solo estos equipos pueden exponer.