
Por Omar S. Paredes
Ningún recurso de nulidad de su abogado defensor le permitió salvarse de un dictamen contundente y drástico a Alberto Fujimori. En lo que incluso ha sido considerado un fallo histórico y ejemplar en la política latinoamericana.

La retrospectiva de este hecho nos lleva hasta el 22 de Septiembre de 2007. Ahí comenzó la odisea del “Chino”, cuando fue extraditado desde Chile, directamente hasta la Base Aérea de Las Palmas. Luego su trasladado a la sede de la Dirección de Operaciones Especiales de la Policía Nacional (Diroes) fue el comienzo del fin. Estaba involucrado en un mega juicio por tres casos de violaciones a los derechos humanos y otros cuatro casos de corrupción. Tenía que responder por los casos de Barrios Altos y La Cantuta ocurridos durante 1991 y 1992. Estaba inculpado por matar y secuestrar con alevosía.
La sentencia contra Alberto Fujimori ha tenido una repercusión que incluso ha divido a la opinión pública peruana. Hay quienes denuncian una venganza política en su contra y se amparan ante la posibilidad de un indulto presidencial. Lo cierto que es la primera vez que un ex mandatario latinoamericano, elegido bajo comicios democráticos, es declarado culpable por un organismo de justicia nacional.
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